Comunicación compasiva

Mark Waldman, especialista en comunicación asertiva y neurociencias, desarrolla programas
de capacitación para que las personas logren mejores resultados en sus relaciones.

El piensa que las palabras pueden cambiar el cerebro. La manera en que armamos una frase
estimula el cerebro de diferentes maneras.

Diariamente decimos más palabras negativas que positivas. Crecemos siendo crónicamente
negativos. Tenemos que entrenar nuestro cerebro para pensar y sentirnos positivamente. Una
relación de 3,4 o 5 expresiones positivas / 1 negativa, bastan para ganar salud disminuyendo el
estrés.

Elijo uno de los conceptos de Waldman.
El habla de comunicación compasiva.
Cuando en el tono de voz mostramos irritación, la otra persona siente miedo y se pone a la
defensiva. Si estamos relajados por dentro hablamos con mayor calidez, con mayor compasión.
Y el cerebro de la otra persona confiará inmediatamente en nosotros.

Nuestro cerebro está preparado para recordar lo negativo. Tenemos que hacer un tremendo
esfuerzo para construir optimismo. Sí. Yo también dudé. Entonces hice una lista de los
pensamientos negativos que tuve durante el día y me convencí.

Podemos elegir conscientemente interrumpir la negatividad. Tenemos la opción.
Centrarnos en nuestras preocupaciones y ansiedades nos lleva a la depresión. Concentrarnos
en todas las posibilidades positivas que podrían suceder nos trae salud.
Cada pensamiento de preocupación, de miedo, de duda, es una fantasía creada en nuestros
lóbulos frontales.
Tomamos todos los recuerdos negativos y proyectamos esta posibilidad que podría ocurrir en el
futuro.

Nuestro lóbulo frontal derecho tiende a generar conscientemente pensamientos y sentimientos
negativos. El izquierdo, tiende a generar pensamientos y sentimientos positivos. Los dos
ocurren a la vez.

El cerebro está diseñado para prestar atención a lo negativo. Tenemos que
entrenarlo para que se fije en lo positivo. Elegir sumergirnos en cada cosa positiva parece
ser lo que elimina el conflicto entre las personas.

Waldman enseña este ejercicio para aprender a escuchar más profundamente. Lleva
aproximadamente un minuto.
Relájense. Bostecen. Muevan sus brazos. Estírense y sientan el placer corporal. Un minuto.
Entonces Waldman toca una vez una campana. Gong. Cierren sus ojos. Sigan oyendo. Oyen
cuantos sonidos hay en este lugar? oyen su respiración como entra y sale? Relájense. Voy a
tocar otra vez la campana Estén lo más conscientes que puedan.
En ese estado uno puede expresarse de forma más clara. Crear confianza en el cerebro del
oyente. Escuchar lo que él dice sin estar pendientes de lo que pensamos para responder.

Compasión significa resonar emocionalmente con los sentimientos de otra persona mientras
permanecemos relajados, intensamente concentrados. En estado de compasión según lo
entiende el cerebro uno se siente cómodo escuchando a la otra persona, ve la expresión de su
cara, oye los tonos de su voz.

Se propone que cada uno diga su oración en 10 segundos. Que calle. Que escuche al otro. En
pocos minutos las personas logran un diálogo profundo.
Hablando de forma calma, lenta, se duplica el poder de sanación.
La compasión es sanadora.
Lo intentamos?

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