A Tomás

Tendrás mi abrazo, mi mejor caricia,
mis manos sin temor y sin horarios,
tendrás mi cuerpo, mi canción, mi vida
y mis excusas si no puedo darlos.

Tendrás también esa mirada mía
que contempló tu sueño y tus mañanas
y la tendrás así, contemplativa,
como solo te mira quien te ama.

Tendrás mi comentario inoportuno,
mis risas y mi abrigo exagerado,
mi oración junto a todos tus proyectos
y mi buena costumbre de alentarlos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *