A Juan

Hoy horneé panes y ya habías crecido,
no era tarde, ni había que ir a la escuela,
tampoco era domingo, ni tu amigo
te esperaba en la bici en la vereda.

Dejé tan rico olor en la cocina
que lamenté que ya estuvieras lejos,
te imaginé chiquito, como antes,
qué ganas tuve hoy de darte un beso…

Se ve que hay un espacio aquí en la casa
que se lleno de amor y de recuerdos…
vuele muchacho, crezca, hágase hombre…
que el pan se puede hornear para los nietos.

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